DETERIORO DEL MUSEO HISTORICO NACIONAL DE PARQUE LEZAMA
Su nuevo director busca ahora convertirlo en el gran museo del Bicentenario argentino. La catalogación de piezas tiene cincuenta años de atraso. Y hay peligro de deterioro. por: Eduardo Pogoriles. epogoriles@clarin.com El catalejo de Beresford y el sable de San Martín, el reloj de Belgrano y la bandera de Ayohuma, el óleo de Prilidiano Pueyrredón que muestra a Manuelita Rosas, la cama de Sobremonte, el uniforme de Güemes, los óleos de Candido López sobre la Guerra del Paraguay, el chambergo de Mitre. Buena parte del relato del siglo XIX argentino está dentro de esta casona de Parque Lezama donde desde 1897 funciona el Museo Histórico Nacional. Por cierto, falta el gran público, faltan los investigadores universitarios, faltan los debates culturales, falta una mirada museológica más moderna para mostrar los muchos atractivos del patrimonio. Todo esto ocurre en el mismo momento en que los libros de divulgación histórica son best sellers y el programa de divulgación histórica de Felipe Pi