El abandono del Museo Publico de Buenos Aires en 1856

HALLAZGO EN LA BIBLIOTECA DEL MUSEO HISTORICO NACIONAL. El descuido de los museos, un mal que empezó con Rosas
Un documento de 1856 revela el "abandono" del primer museo argentino. Allí se señalan problemas que se siguen padeciendo 150 años después.
Juan Manuel Bordón: jbordÿn@clarin.com

Hay que luchar por la independencia de los museos respecto al poder de turno. Hay que mostrar la pluralidad que existe en la interpretación del pasado. Y del presente", dice enfáticamente José Antonio Pérez Gollán, director del Museo Histórico Nacional (Defensa al 1600) desde noviembre pasado.Perez Gollán habla del hallazgo de un documento que el museo compartió en exclusiva con Clarín. Se trata de una memoria de 1856, presentada por el historiador, estadista y arqueólogo Manuel Ricardo Trelles (1821-1893) a la asociación de fomento del Museo Público de Buenos Aires, que por entonces dirigía. En ella, dice que el museo, que fue el primero del país, "tuvo una época en que recibió la protección del estado" y que "esa época terminó al principar la administración de D. Juan M. Rosas, en la que llegó al último grado de decadencia y abandono".
MUSEO A NUEVO. EL HALLAZGO SE DIO EN EL MARCO DE LA REESTRUCTURACION DEL MUSEO HISTORICO NACIONAL.
El caudillo, gobernador de Buenos Aires hasta 1852, aparentemente desvirtuó la institución durante los años de su mandato (1829-1832 y 1835-1852), convirtiéndola en una sala de exposición con sus logros y trofeos, un artificio al servicio de la legitimación de su poder. En el marco de la Ley de Reforma Eclesiástica de 1822, Bernardino Rivadavia funda el Museo Público de Buenos Aires en la sede del Convento de Santo Domingo, ubicado en Avenida Belgrano y Defensa. Fue en el año 1823, seis antes del primer período de Rosas como gobernador."Era un museo de Ciencias Naturales fundamentalmente, pero también contaba con piezas arqueológicas y documentos históricos", contó Pérez Gollán. La memoria, escrita por Manuel Ricardo Trelles en 1856, estaba en la biblioteca del Museo Histórico Nacional. Pérez Gollán, la calificó como una "rareza bibliográfica". Su valor como documento histórico no se reduce a las acusaciones que recaen sobre Rosas. En el texto de Trelles se perfilan dos modelos de país: la nación ilustrada, de la que él es un claro exponente, enfrentada a una Argentina decadente, asociada al rosismo y a la época colonial. "El documento forma parte de un relato más amplio —aclara Pérez Gollán—, de una época en que los museos engranan con la construcción del país. En el 56, se está construyendo la nueva nación argentina, es un período de reorganización nacional. Esto se ilustra bien en el texto, y también en la cultura: en El Matadero de Echeverría, en Sarmiento".Al igual que Manuel Trelles en 1854, cuando se hizo cargo del Museo Público, José Antonio Pérez Gollán asumió en el Museo Histórico Nacional después de una gestión polémica por parte de su predecesor, Juan José Cresto; como Trelles, se encontró con piezas sucias o deterioradas, objetos perdidos y otros sin catalogar. "Ciento cincuenta años y los problemas siguen siendo los mismos. Hay que avanzar en esto para poder proyectar a futuro".Clarín recorrió el depósito del museo junto a su director. Allí se aprecian los esfuerzos de los últimos siete meses. Limpiaron colecciones de sables y las guardaron en vitrinas; han cubierto pinturas y muebles, para detener su deterioro. Además, una serie de rótulos demuestran que el proceso de catalogación está otra vez en curso. "Un museo sin buena documentación, no es un museo, es un depósito de cosas", dice.Pérez Gollán pone como modelo el Te Papa, en Wellington, la capital de Nueva Zelandia. "Es un museo que incorpora la diversidad paisajística, histórica, cultural y política de una sociedad compleja como la neocelandesa". Se lo nota entusiasmado en su apuesta por un museo dinámico, crítico, que no hable de próceres si no de procesos sociales. "Durante mucho tiempo, los museos han estado servicio de la legitimación de Buenos Aires como centro de poder. Se ha excluido a las provincias, a la mujer y a nuestra diversidad cultural".En un momento del recorrido por el museo, Pérez Gollán se detiene ante una pintura del uruguayo Juan Manuel Blanes. Es Ocupación Militar del Río Negro, en la que aparece el general Julio A. Roca rodeado de otros militares. En una esquina del cuadro aparece un perro mestizo. "Cada vez me gusta más. Mírelo a Roca: le está hablando al perro", dice.
www.clarin.com/diario/2006/08/12/sociedad/s-07201.htm - 31k -

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