EL MUSEO DE LA ILEGALIDAD MANIFIESTA
El Museo de Ciencias Naturales "B. Rivadavia"
Cuando todo el mundo se queja que la justicia no sirve a los intereses ciudadanos y que sólo responde a las autoridades de turno, lo que menos piensa la mayoría de los argentinos es que en el Museo de Ciencias Naturales de la Argentina se puede tener el mejor ejemplo de como las leyes y disposiciones legales nacionales no se cumplen, y que nadie se hace responsable de obligar a las autoridades del mismo a cumplirlas.
El Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia” (MACN) creado por el presidente Rivadavia en 1824 es la institución científica mas antigua del país y la que alberga las colecciones científicas de geología, paleontología, botánica y geología mas numerosas y completas de la Argentina. En ese Museo trabajan 162 científicos, técnicos y becarios y otros 100 pasantes y autorizados en un edificio especialmente creado en 1937 para que en él se albergara un Museo, que es sólo superado en importancia y en metros cuadrados cubiertos por el Museo Nacional de Antropología de México.
Detrás de sus paredes de una hermosa arquitectura con esplendorosas esculturas internas y externas, increíbles escaleras y amplias salas de exhibición, languidece una estructura edilicia que sucumbe con el pasar de las décadas por falta de mantenimiento, presupuesto y falta de voluntad y de energía de sus autoridades en revertir el abandono de décadas.
Aun cuando su presupuesto supera los 3 millones de pesos anuales, sólo alcanza para pagar los deprimidos salarios de 32 investigadores de la carrera del Investigador Científico, 52 Técnicos de la Carrera del técnico, 52 administrativos del SINAPA y unos pocos becarios.
El MACN poseed salas de exhibición al público sólo en la Planta Baja y Primer Piso, en tanto los laboratorios de investigación están ubicados en el subsuelo, 2º , 3er. y 4º Pisos, en que numerosos investigadores trabajan en el medio de las colecciones de Zoología rodeados de las emanaciones de formol, naftalina y otros preservantes que se usan para embalsamar los peces, reptiles, y matar las plagas del herbario o de la colección de insectos.
El edificio con amplias azoteas en el 4º y 3er piso que se recalientan en verano sufren de numerosas grietas que producen goteras en los pisos inferiores, las persianas de madera de todas las ventanas están abandonadas y su madera retorcidas por el calor del sol, baños anticuados, montacargas que consumen gran cantidad de energía eléctrica porque los ascensores comunes dejaron de andar hace décadas. El antiguo sistema de calefacción central en base a petróleo está abandonado ya que jamás se reconvirtió a gas, y otros sistemas de calefacción eléctrica al igual que el motor de una cámara frigorífica están en desuso. A lo largo de las décadas se fueron perdiendo el gabinete fotográfico, el taller de dibujo artístico, la imprenta propia, el taller de taxidermia, el taller de osteoarmadores, el parque automotor que quedó reducido a la mínima expresión. Pero no sólo desapareció el cuarto del archivo histórico que albergaba enormes biblioratos con toda la documentación de casi un siglo del museo, sino que cuando se murió el último “habilitado”(Contador), no fue reemplazado, se dejó de contar con la contabilidad anual. Sirva como ejemplo que hace casi 80 años atrás , en el año 1926 se publicó un volúmen con la memoria anual de actividades y los gastos efectuados con el presupuesto asignado, costumbre muy valiosa que hoy, en el 2005, aún no se ha recuperado.
Cuando todo el mundo se queja que la justicia no sirve a los intereses ciudadanos y que sólo responde a las autoridades de turno, lo que menos piensa la mayoría de los argentinos es que en el Museo de Ciencias Naturales de la Argentina se puede tener el mejor ejemplo de como las leyes y disposiciones legales nacionales no se cumplen, y que nadie se hace responsable de obligar a las autoridades del mismo a cumplirlas.
El Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia” (MACN) creado por el presidente Rivadavia en 1824 es la institución científica mas antigua del país y la que alberga las colecciones científicas de geología, paleontología, botánica y geología mas numerosas y completas de la Argentina. En ese Museo trabajan 162 científicos, técnicos y becarios y otros 100 pasantes y autorizados en un edificio especialmente creado en 1937 para que en él se albergara un Museo, que es sólo superado en importancia y en metros cuadrados cubiertos por el Museo Nacional de Antropología de México.
Detrás de sus paredes de una hermosa arquitectura con esplendorosas esculturas internas y externas, increíbles escaleras y amplias salas de exhibición, languidece una estructura edilicia que sucumbe con el pasar de las décadas por falta de mantenimiento, presupuesto y falta de voluntad y de energía de sus autoridades en revertir el abandono de décadas.
Aun cuando su presupuesto supera los 3 millones de pesos anuales, sólo alcanza para pagar los deprimidos salarios de 32 investigadores de la carrera del Investigador Científico, 52 Técnicos de la Carrera del técnico, 52 administrativos del SINAPA y unos pocos becarios.
El MACN poseed salas de exhibición al público sólo en la Planta Baja y Primer Piso, en tanto los laboratorios de investigación están ubicados en el subsuelo, 2º , 3er. y 4º Pisos, en que numerosos investigadores trabajan en el medio de las colecciones de Zoología rodeados de las emanaciones de formol, naftalina y otros preservantes que se usan para embalsamar los peces, reptiles, y matar las plagas del herbario o de la colección de insectos.
El edificio con amplias azoteas en el 4º y 3er piso que se recalientan en verano sufren de numerosas grietas que producen goteras en los pisos inferiores, las persianas de madera de todas las ventanas están abandonadas y su madera retorcidas por el calor del sol, baños anticuados, montacargas que consumen gran cantidad de energía eléctrica porque los ascensores comunes dejaron de andar hace décadas. El antiguo sistema de calefacción central en base a petróleo está abandonado ya que jamás se reconvirtió a gas, y otros sistemas de calefacción eléctrica al igual que el motor de una cámara frigorífica están en desuso. A lo largo de las décadas se fueron perdiendo el gabinete fotográfico, el taller de dibujo artístico, la imprenta propia, el taller de taxidermia, el taller de osteoarmadores, el parque automotor que quedó reducido a la mínima expresión. Pero no sólo desapareció el cuarto del archivo histórico que albergaba enormes biblioratos con toda la documentación de casi un siglo del museo, sino que cuando se murió el último “habilitado”(Contador), no fue reemplazado, se dejó de contar con la contabilidad anual. Sirva como ejemplo que hace casi 80 años atrás , en el año 1926 se publicó un volúmen con la memoria anual de actividades y los gastos efectuados con el presupuesto asignado, costumbre muy valiosa que hoy, en el 2005, aún no se ha recuperado.
En el B. Rivadavia se violan todas las leyes nacionales de Higiene y Seguridad Laboral y de Medio ambiente, no existe una mesa de entrada para la recepción oficial de los documentos, se cometen irregularidades en la evaluación del personal del SINAPA y de la Carrrera del Tecnico del CONICET, hay una resolucion secreta que autorizó a profesionales de Carrera del investigador a no firmar, no se declara a la AFIP los salarios de los investigadores que revistan en Universidades Nacionales o privadas (seis casos), existe un Reglamento de prensa que establece la censura previa del personal, las actas del CD eran secretas y si se las publica en cartelera no se las puede solicitar para fotocopiar, la central telefónica no funciona, el sistema de correo electrónico está colapsado, se filman comerciales para la televisión y no se los declara, se pueden cobrar horas extras si uno está afiliado a UPCN, etc.etc.
Si estimado lector, esto es una Unidad Ejecutora del CONICET, la mas ilegal de todas las que existen en la Argentina.
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