Los museos públicos deben ser la casa de los artistas y no los cotos privados de los funcionarios"
http://www.papelmundo.com.ar/notas/n01_ene06.html
Hoy la antigua estación de
ferrocarril del Pasaje Dardo Rocha en La Plata se transformó en el museo del arte
geométrico argentino por excelencia y en uno de los más completos de la
figuración desde los años cincuenta. Su arquitecto es el profesor y artista
César López Osornio quien materializó un viejo sueño de los artistas del
continente. Ellos en 1978 simplemente querían fundar un museo de arte
latinoamericano, inexistente e impensable en la época, y mejor si estaba lejos
de los capitales. Este empresa quijotesca se plasmó casi veinte años después
bajo el nombre de Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano (MACLA) y cuenta
a disposición del público con un inestimable patrimonio de artistas como Julio
Le Parc, Carmelo Arden Quin, Luis Benedit, Víctor Chab, Enio Iommi, Alejandro
Puente, Julio Silva, Raúl Lozza y Adolfo Nigro, en más de 150 piezas en su
fondo de arte. Para 2006 su director López Osornio proyecta acrecentar el
intercambio del museo platense con otros centros artísticos nacionales y
convertirlo en "un sitio de estudios, consulta e investigación de
las artes visuales. Su objetivo es el de generar un espacio donde artistas,
investigadores, estudiantes y público en general tengan la posibilidad de
conocer, reconocer, consultar y valorar a las artes plásticas latinoamericanas
contemporáneas específicamente", arriesga un artista infatigable.
Periodista: ¿En qué situación se encuentran los museos argentinos públicos?
César López Osornio: Primero digamos que el país vive una evolución totalmente independiente de la gestión pública. En Argentina la actividad cultural supera las capacidades del Estado. Pero también es una cuestión de decisión. Cualquier ciudad europea dispone de más fondos que el presupuesto total anual dela Secretaría
de Cultura de la Nación
para comprar obras destinadas a los museos ¡Si tuvo que vender cuatro cuadros
-Eduardo- Costantini para pagar los impuestos aduaneros!
P: ¿Es igual en otros países?
CLO: Todo lo contrario. Desde 1890 en Estados Unidos de Norteamérica las obras que ingresan al patrimonio nacional no pagan impuestos. Eso explica que tengan una colección impresionante de –Eugène- Delacroix e –Jean- Ingres o de los impresionistas. Acá es vergonzoso que Costantini, alguien que deja un legado al país, deba correr con semejantes gastos. Así perdimos muchos trabajos del Instituto Di Tella.
P: ¿Cómo se revierte este panorama?
CLO: Con una legislación que estimule y no desaliente la compra en el exterior. Y además con una política estatal de adquisición, algo que no sucede desde hace 40 años, orientada desde el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Claro que e lpresupuesto del museo debería ser por los menos cuatro veces mayor que el millón y medio anual que recibe en la actualidad.
P: ¿Cómo evalúa la gestión del Alberto Bellucci en el MNBA?
CLO: Creo que es una gestión de transición y más que eso no se puede decir, si bien me parece relevante que en un momento en que pesa más el curriculum que las gestiones se consolide un buen gestor en la dirección del museo. Siento que Bellucci confirma la línea aperturista del museo de Jorge Glusberg. Por otra parte el actual director hizo muestras valiosas como la María Simón y Alberto Delmonte y que tuvieron poca repercusión debido a esos críticos "modernosos" que hablan sólo para Buenos Aires.
P: ¿No cree que el anterior director representaba esa línea que usted critica?
CLO: (Piensa) Yo prefiero perderme en la búsqueda que quedarme absorbido en el tiempo. Glusberg tal vez se excedió con su manejo personalista pero consolidó al museo en la sociedad.
P: ¿Cuál es la actualidad del MACLA?
CLO: Estamos en la misma situación que los demás. Sin dinero mucho no podemos hacer e intentamos cubrir los huecos. Ahora buscamos fondos para traer la colección desde París que nos regaló Luis Tomasello. De todas formas no podemos vivir pidiendo al artista. Siempre estamos pidiendo el gesto patriótico de los que en general menos ganan en el arte.
P: ¿Cuál es su balance de gestión?
CLO: Se han hecho muchos adelantos en este último tiempo como la cuestión de iluminación o la confección de un catálogo general que pronto se publicará. Pero para mí el punto vital es e el presupuesto nosotros funcionamos con 500 pesos mensuales de gastos operativos. Por suerte enLa Plata nos apoyan Repsol y el
Banco de la Provincia
de Buenos Aires. Pero si no fuera por la Asociación de Amigos no podríamos sostener
ninguna muestra. Es que todos los museos públicos argentinos siguen vivos gracias a sus
asociaciones de amigos.
P: ¿Es sólo una cuestión de presupuesto que los museos mejoren?
CLO: Es que ni siquiera hay un fondo destinado a catálogos. Si una muestra promedio sale de gastos diez mil pesos es evidente que nuestro gasto operativo no lo cubre. Tengamos en cuenta que el catálogo es de suma importancia porque es el primer testimonio que queda para los investigadores futuros.
P: ¿Qué proyectos tiene para el museo a su cargo?
CLO: Los museos públicos deben ser la casa de los artistas y no los cotos privados de los funcionarios. En nuestro museo abrimos las puertas no sólo a los artistas reconocidos sino también a los olvidados e impulsamos un fuerte intercambio con otros museos para su difusión. Siempre desde el concepto que el museo tiene la obligación de exhibir el patrimonio desde una mirada dinámica y contemporánea.
P: ¿Cuáles deberían ser las responsabilidades de un museo público?
CLO: Cuando se hizo la muestra de -Antonio- Berni en el MALBA -Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires- el gran ausente fue -Juan- Castagnino. ¡Cual es la razón! Fue simplemente denigrante, una clara equivocación ex profeso, que intenta silenciar la importancia del maestro Castagnino en el trabajo Berni. Mientras tanto hubo cruces con los contemporáneos que querían descubrir la banana (risas). Un museo público debería tener en cuenta estas cosas para hacer una historia verdaderamente nacional. No en la búsqueda de las novedades sino en el rescate de los artistas que se jugaban la vida por el arte.
Mariano Oropeza Periodista: ¿En qué situación se encuentran los museos argentinos públicos?
César López Osornio: Primero digamos que el país vive una evolución totalmente independiente de la gestión pública. En Argentina la actividad cultural supera las capacidades del Estado. Pero también es una cuestión de decisión. Cualquier ciudad europea dispone de más fondos que el presupuesto total anual de
P: ¿Es igual en otros países?
CLO: Todo lo contrario. Desde 1890 en Estados Unidos de Norteamérica las obras que ingresan al patrimonio nacional no pagan impuestos. Eso explica que tengan una colección impresionante de –Eugène- Delacroix e –Jean- Ingres o de los impresionistas. Acá es vergonzoso que Costantini, alguien que deja un legado al país, deba correr con semejantes gastos. Así perdimos muchos trabajos del Instituto Di Tella.
P: ¿Cómo se revierte este panorama?
CLO: Con una legislación que estimule y no desaliente la compra en el exterior. Y además con una política estatal de adquisición, algo que no sucede desde hace 40 años, orientada desde el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Claro que e lpresupuesto del museo debería ser por los menos cuatro veces mayor que el millón y medio anual que recibe en la actualidad.
P: ¿Cómo evalúa la gestión del Alberto Bellucci en el MNBA?
CLO: Creo que es una gestión de transición y más que eso no se puede decir, si bien me parece relevante que en un momento en que pesa más el curriculum que las gestiones se consolide un buen gestor en la dirección del museo. Siento que Bellucci confirma la línea aperturista del museo de Jorge Glusberg. Por otra parte el actual director hizo muestras valiosas como la María Simón y Alberto Delmonte y que tuvieron poca repercusión debido a esos críticos "modernosos" que hablan sólo para Buenos Aires.
P: ¿No cree que el anterior director representaba esa línea que usted critica?
CLO: (Piensa) Yo prefiero perderme en la búsqueda que quedarme absorbido en el tiempo. Glusberg tal vez se excedió con su manejo personalista pero consolidó al museo en la sociedad.
P: ¿Cuál es la actualidad del MACLA?
CLO: Estamos en la misma situación que los demás. Sin dinero mucho no podemos hacer e intentamos cubrir los huecos. Ahora buscamos fondos para traer la colección desde París que nos regaló Luis Tomasello. De todas formas no podemos vivir pidiendo al artista. Siempre estamos pidiendo el gesto patriótico de los que en general menos ganan en el arte.
P: ¿Cuál es su balance de gestión?
CLO: Se han hecho muchos adelantos en este último tiempo como la cuestión de iluminación o la confección de un catálogo general que pronto se publicará. Pero para mí el punto vital es e el presupuesto nosotros funcionamos con 500 pesos mensuales de gastos operativos. Por suerte en
P: ¿Es sólo una cuestión de presupuesto que los museos mejoren?
CLO: Es que ni siquiera hay un fondo destinado a catálogos. Si una muestra promedio sale de gastos diez mil pesos es evidente que nuestro gasto operativo no lo cubre. Tengamos en cuenta que el catálogo es de suma importancia porque es el primer testimonio que queda para los investigadores futuros.
P: ¿Qué proyectos tiene para el museo a su cargo?
CLO: Los museos públicos deben ser la casa de los artistas y no los cotos privados de los funcionarios. En nuestro museo abrimos las puertas no sólo a los artistas reconocidos sino también a los olvidados e impulsamos un fuerte intercambio con otros museos para su difusión. Siempre desde el concepto que el museo tiene la obligación de exhibir el patrimonio desde una mirada dinámica y contemporánea.
P: ¿Cuáles deberían ser las responsabilidades de un museo público?
CLO: Cuando se hizo la muestra de -Antonio- Berni en el MALBA -Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires- el gran ausente fue -Juan- Castagnino. ¡Cual es la razón! Fue simplemente denigrante, una clara equivocación ex profeso, que intenta silenciar la importancia del maestro Castagnino en el trabajo Berni. Mientras tanto hubo cruces con los contemporáneos que querían descubrir la banana (risas). Un museo público debería tener en cuenta estas cosas para hacer una historia verdaderamente nacional. No en la búsqueda de las novedades sino en el rescate de los artistas que se jugaban la vida por el arte.
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