Roban monedas del museo: tres eran de la familia Marcó del Pont
por Daniela Pasik:Perfil 17/2/08
El valor total de las piezas sustraídas durante la madrugada de ayer del Museo Histórico y Numismático del Banco Nación es de más de 100.000 dólares. Entre ellas, había tres pertenecientes a la familia de la nueva presidenta de la entidad, pero no quieren que trascienda el dato por temor a que sea asociado a un mensaje para la economista.
Casa central. En el primer piso funciona el museo y también la oficina de la nueva presidenta.
Todo es muy raro. Durante la madrugada del sábado, robaron una colección de monedas por un valor estimado en más de 100 mil dólares del Museo Histórico y Numismático del Banco Nación, ubicado en el primer piso de la Casa Central, a metros de la oficina de Mercedes Marcó del Pont, desde donde se puede apreciar una exquisita vista de la Casa Rosada.
No hay boquetes, nada fue forzado, y el hecho fue descubierto casualmente por una ronda de guardia. Una extraña bienvenida para la nueva presidenta, que asumió el pasado 30 de enero con el objetivo de profundizar el financiamiento para el sector fabril. Las teorías conspirativas alrededor del robo pujan por salir a la luz, mientras varios tratan de desactivarlas.
Por un lado, hay secreto de sumario, así que el juez federal Daniel Rafecas, quien quedó a cargo de la causa, guarda silencio. La Subgerencia de Relaciones Institucionales del Nación emitió ayer un escueto comunicado en el que aceptan que el museo “ha sido objeto de la sustracción de una parte de la colección numismática allí expuesta”.
Tampoco cuentan mucho en la Comisaría 1ª, donde se radicó la denuncia. Están investigando al encargado de seguridad, que era el único que tenía llaves del lugar y quien cerraba los viernes para abrir el lunes y, además, esperaban que se presentara a declarar el director del museo, Tomás del Villar, “para saber exactamente cuáles son los objetos robados”.
Pese a tanto hermetismo, PERFIL pudo descubrir, por medio de una fuente que prefiere reservar su nombre, que el faltante consta de un estante lleno de monedas entre las que había tres del siglo XIX, pertenecientes a la familia Marcó del Pont. Lo cierto es que todos están muy preocupados y pocos son los que se atreven a contar detalles. Si lo hacen, siempre es previo pedido de absoluta reserva.
Algo huele mal, y se mezclan la política, posibles ajustes de cuentas, supuestos “mensajes” y el estreno del cargo de la responsable del Banco Nación, entidad que debería tener una absoluta seguridad. El espíritu de Maquiavelo ronda por el Banco Nación.
Algunas vocen bogan por la hipótesis del robo profesional, ya que, según le explicaron a PERFIL, fue un “trabajo muy planificado, casi como de Misión imposible”, para descartar cualquier intento de asociar el hecho con una suerte de “mensaje” para Marcó del Pont. Aseguran que, para cuando se supo del nombramiento de la ex diputada de la Ciudad, “este hurto ya estaba siendo planeado desde hace mucho tiempo: es evidente que fue profesional”.
Otros no pueden dejar de notar la coincidencia que hay entre este robo y el entorno político, y lo imposible que sería ingresar al museo sin ayuda interna. Sin embargo, son varios los que sienten la necesidad de aclarar que “descartan que haya habido un entregador” y, además, se suman los que notan que faltaron sólo tres monedas Marcó del Pont y, sin embargo, quedaron en el museo, sin siquiera ser miradas, muchísimas más piezas de la familia.
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Todo es muy raro. Durante la madrugada del sábado, robaron una colección de monedas por un valor estimado en más de 100 mil dólares del Museo Histórico y Numismático del Banco Nación, ubicado en el primer piso de la Casa Central, a metros de la oficina de Mercedes Marcó del Pont, desde donde se puede apreciar una exquisita vista de la Casa Rosada.
No hay boquetes, nada fue forzado, y el hecho fue descubierto casualmente por una ronda de guardia. Una extraña bienvenida para la nueva presidenta, que asumió el pasado 30 de enero con el objetivo de profundizar el financiamiento para el sector fabril. Las teorías conspirativas alrededor del robo pujan por salir a la luz, mientras varios tratan de desactivarlas.
Por un lado, hay secreto de sumario, así que el juez federal Daniel Rafecas, quien quedó a cargo de la causa, guarda silencio. La Subgerencia de Relaciones Institucionales del Nación emitió ayer un escueto comunicado en el que aceptan que el museo “ha sido objeto de la sustracción de una parte de la colección numismática allí expuesta”.
Tampoco cuentan mucho en la Comisaría 1ª, donde se radicó la denuncia. Están investigando al encargado de seguridad, que era el único que tenía llaves del lugar y quien cerraba los viernes para abrir el lunes y, además, esperaban que se presentara a declarar el director del museo, Tomás del Villar, “para saber exactamente cuáles son los objetos robados”.
Pese a tanto hermetismo, PERFIL pudo descubrir, por medio de una fuente que prefiere reservar su nombre, que el faltante consta de un estante lleno de monedas entre las que había tres del siglo XIX, pertenecientes a la familia Marcó del Pont. Lo cierto es que todos están muy preocupados y pocos son los que se atreven a contar detalles. Si lo hacen, siempre es previo pedido de absoluta reserva.
Algo huele mal, y se mezclan la política, posibles ajustes de cuentas, supuestos “mensajes” y el estreno del cargo de la responsable del Banco Nación, entidad que debería tener una absoluta seguridad. El espíritu de Maquiavelo ronda por el Banco Nación.
Algunas vocen bogan por la hipótesis del robo profesional, ya que, según le explicaron a PERFIL, fue un “trabajo muy planificado, casi como de Misión imposible”, para descartar cualquier intento de asociar el hecho con una suerte de “mensaje” para Marcó del Pont. Aseguran que, para cuando se supo del nombramiento de la ex diputada de la Ciudad, “este hurto ya estaba siendo planeado desde hace mucho tiempo: es evidente que fue profesional”.
Otros no pueden dejar de notar la coincidencia que hay entre este robo y el entorno político, y lo imposible que sería ingresar al museo sin ayuda interna. Sin embargo, son varios los que sienten la necesidad de aclarar que “descartan que haya habido un entregador” y, además, se suman los que notan que faltaron sólo tres monedas Marcó del Pont y, sin embargo, quedaron en el museo, sin siquiera ser miradas, muchísimas más piezas de la familia.
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